Incluyo esta cita del doctor Brett N. Steenbarger publicada hace tiempo por el gran Cárpatos en su Web porque me parece magistral la forma en la que define con algunas anécdotas lo que para mí es el "edge" en el trading.
Cita completa de Cárpatos:
Dudo mucho que nadie puede definir mejor lo que íntimamente creo que es el mercado, aunque puedo
estar equivocado, claro, y cuál es la mejor manera de enfrentarse a él, que alguien que siempre me ha
influido mucho, el doctor Brett N. Steenbarger, un psiquiatra de EEUU que atiende a traders y sus
problemas psicológicos. Ya saben que tuve el gran honor de traducir y publicar en mi modesta editorial su
obra maestra: The Psychology of Trading, para mí el mejor libro que se ha escrito nunca sobre la
psicología del trading.
Yo he aprendido muchas cosas de Steenbarger, para mí un maestro y además extremadamente humilde,
con esa humildad del que se da cuenta de que esto es muy difícil y que aquí nadie ha descubierto la sopa
de ajo ni tiene la piedra filosofal.
Repasando la traducción, me sigue poniendo los pelos de punta este comentario que él hace en su libro.
Como decía antes, yo también veo así íntimamente el mercado, no se puede definir mejor. Vean este extracto del libro su experiencia:
Viví una experiencia fundamental en psicología de trading durante mis días de universidad, cuando pasaba
el tiempo jugando en las máquinas de pinball. En general, era un jugador bastante mediocre. Podía
mantener algunas bolas en juego durante mucho tiempo y perder otras en segundos. Mi control de los
flippers mejoró con la experiencia, pero nunca fue tan preciso como para dar en el blanco a voluntad.
Tampoco tuve el control corporal que los verdaderos magos del juego utilizaban para empujar la bola con
suavidad hacia los lugares correctos.
No obstante, era insistente y, luego de un tiempo, por lo general podía identificar una anomalía en la
máquina en la que estaba jugando: una maniobra particular que podía acumular puntos. Entonces, me
aprovechaba de dicha anomalía una y otra vez y lograba puntuaciones respetables. Por ejemplo, una de las
máquinas tenía rampas a ambos lados y una serie de blancos en el centro. La estrategia tentativa era
atrapar la bola en los flippers y luego lanzarla a los blancos del centro cuando se encendieran. Aunque esto
se traducía en ocasionales puntuaciones altas cuando mi puntería era buena, también daba como resultado
una desafortunada cantidad de bolas perdidas que caían por el centro, entre los flippers.
Un buen día en que estaba jugando en la máquina, la bola se dirigió por la rampa derecha a mi flipper
izquierdo. Mi mano se había apartado del botón y en lugar de atrapar la bola con el flipper o de golpearla,
ni siquiera pude moverlo. La bola rebotó del flipper izquierdo al derecho. Eso me pareció muy extraño;
había pensado que si no usaba el flipper la bola simplemente caería por el centro. Sin embargo, luego de
varias pruebas, descubrí que, en esta máquina en particular, al dejar que la bola golpeara el flipper
izquierdo cuando descendía por la rampa, invariablemente el jugador podía atrapar la bola con el flipper
derecho. Una vez hecho esto, podía enviar la bola por la rampa izquierda (anotando puntos) y luego
bajaría por la rampa izquierda o derecha. De cualquier manera, podía atraparla de nuevo con el flipper
derecho y enviarla de vuelta por la rampa. Con un poco de práctica, pude repetir este patrón docenas de
veces en cada bola, acumulando puntos con cada repetición. La cantidad de puntos obtenidos era menor
que si hubiera apuntado a los blancos del centro, pero rara vez perdía la bola. En consecuencia,
literalmente podía jugar todo el día en esta máquina con la misma ficha.
Por cierto, esto no contribuyó a que el juego fuera en extremo emocionante. Eliminó la mayoría de las
fuentes de incertidumbre al utilizar un patrón de alto porcentaje con mucha frecuencia. Pero la eliminación
de la incertidumbre y la emoción también fue una razón importante para el éxito de la estrategia. El juego
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se volvió casi por completo mecánico y rutinario y eliminó así la interferencia emocional. Aunque nunca
fui un gran jugador de pinball, modifiqué mi mapa mental lo suficiente para interiorizar el hecho de que
podía tener éxito en esa máquina en particular.
Finalmente, descubrí tantas anomalías en diversas máquinas que modifiqué mis mapas una vez más. Con
el tiempo y la experiencia suficientes, confiaba en que podría localizar anomalías en gran parte de las
máquinas.
Resulta interesante que dichas anomalías sólo pudieran ser descubiertas al seguir estrategias extrañas y
aparentemente irracionales. Jugar pinball o videojuegos de la manera en que los diseñadores querían que
se hiciera invariablemente causaba pérdidas. Por ejemplo, años después, pude ganar en un videojuego de
baloncesto al realizar sólo una clase de tiro (un tiro con salto desde la esquina). El juego le asignó a este
tiro un porcentaje bastante alto de canastas anotadas, así que la victoria estaba asegurada. Modificar los
tiros o realizar lo que parecían ser tiros con mayor porcentaje era una forma segura de perder el partido.
Para ganar en los mercados, sólo debe descubrir una anomalía así y jugar de acuerdo a ella. Como una
persona que cuenta las cartas en el blackjack, aún se enfrentará a la incertidumbre y las pérdidas. Sin
embargo, y más importante, las probabilidades estarán a su favor. Con bastantes repeticiones, los
resultados se verán al final. Y el intérprete se apoderará de dichos resultados y modificará su identidad
como trader de acuerdo a ellos. Existen muchos mercados diferentes (commodities, de capital) al igual que
existen numerosas máquinas de pinball y videojuegos. La clave es descifrar el código, encontrar
anomalías. Además, al igual que con el pinball, estas anomalías aparecerán cuando investigue las estrategias
contraintuitivas, como comprar cuando el mercado parece más débil y viceversa. Es en los extremos
emocionales que los mercados son imperfectamente eficientes; no puede ganar si juega en los mercados de
la forma en que los diseñadores quieren que lo haga.
Creo que el doctor Steenbarger no ha podido definir mejor lo que para mí es una pauta estacional y mi
modesta visión del mercado. No creo que el camino esté en seguir a pies juntillas lo que diga nadie, por
muy gurú que sea, aquí todos estamos aprendiendo y nadie tiene la piedra filosofal. Escuche ideas, todos
los analistas honrados nos dan algo para aprender y busque su propia anomalía, con la que se sienta más
cómodo, ese puede ser todo el misterio. ¿Fácil? Por supuesto que no, aquí no hay nada fácil, además le
obligará a estar siempre encima pues la anomalía puede dejar de funcionar y tendrá que buscar otra. Pero
no hay gurús, no hay sistemas infalibles, no hay nada, nada más que trabajo y humildad, no se dejen influir
por nadie, ni por mí, por supuesto, no soy más que uno más a aprender cada día, escuchen a todo el
mundo, quiten lo malo, saquen lo bueno, está todo dentro de usted sólo.
Fuente: Cárpatos.
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Muy fan de Steenbarger, a a mi me parece um imprescidible del psicotrading. En la cita del artículo describe muy bien las trampas que acechan al inversor retail, no es que el mercado esté manipulado, está configurado de manera que la inmensa mayoría no va a ganar a largo plazo. Tanto por la educación que recibimos como por la falta de formación generalizada a la hora de invertir, el resultado habitual es que el dinero se esfuma de las cuentas dado que se hace justo lo que no se iene que hacer, la mano fuerte lo sabe y se aprovecha de ello. Cambiar la perspectiva y el acercamiento a los mercados es para mí la única opción de supervivencia, es algo que con el tiempo vas desarrollando.
ResponderEliminarUn saludo
Totalmente de acuerdo Manuel. Un saludo.
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